Nos encontramos en época de alergias y por ello, para distinguir entre una alergia común y una enfermedad del trabajo de tipo alérgico, nos detenemos hoy en el siguiente tema: “ los sensibilizantes respiratorios”.
En el ámbito laboral nos podemos encontrar con sensibilizantes respiratorios, generalmente agentes químicos y biológicos, típicos de determinados procesos de trabajo (floristas, veterinarios, jardineros, panaderos, cocineros, carpinteros, limpiadores, peluqueros, soldadores…). Algunos trabajadores pueden llegar a producir una reacción de hipersensibilidad, de forma que una exposición posterior a este agente dé lugar a efectos negativos provocando enfermedades de tipo alérgico en las vías respiratorias.
Los síntomas principales son la tos y estornudos, respiración agitada, la falta de aliento, nariz congestionada y goteante, ojos rojos irritados e inflamados, fiebre y dolores musculares y articulares, etc. Estos pueden desarrollarse de forma inmediata después de la exposición o varias horas más tarde, a menudo por la noche, por lo que el vínculo con el lugar de trabajo no resulta evidente. A menudo mejoran cuando el trabajador está fuera de su lugar de trabajo, durante los fines de semana y los periodos de vacaciones.
La empresa debe identificar qué sustancias se utilizan o generan en la actividad laboral para en caso necesario evitar el uso y la exposición a estos agentes, sustituyéndolos por una sustancia menos peligrosa.
Si no es posible sustituir estas sustancias, debe reducirse al mínimo la concentración, el tiempo y la frecuencia de exposición, así como el número de trabajadores expuestos. Además debe informarse y formarse a los trabajadores y hacer un seguimiento.