En el ámbito de la prevención de riesgos laborales y ante las dificultades que actualmente atraviesan las empresas, los profesionales del sector debemos poner nuestro mayor esfuerzo en facilitarlas su implantación. Se están produciendo cambios en las condiciones de trabajo como la reestructuración y recortes de plantilla, el aumento del trabajo temporal o una mayor exigencia productiva, que han elevado los riesgos laborales. Por ello adquiere aún más relevancia nuestra labor para conseguir que las empresas «se preocupen y ocupen» de la seguridad y salud de sus trabajadores. Ahora nuestro reto pasa por concienciar a los empresarios de que no implantar la prevención de riesgos laborales, lejos de reducir el gasto, tiene consecuencias negativas para sus empresas.
Se pueden adoptar medidas preventivas cuya inversión económica es mínima pero que conllevan beneficios importantes para la seguridad y salud de los trabajadores y consecuentemente para la productividad, eficiencia e imagen de la empresa.
No olvidando el deber de asesorar e informar al empresario de todas las medidas preventivas que debe adoptar, entre aquellas que pueden suponer menor coste se encuentran:
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Establecer acciones para la implantación del Plan de Prevención de Riesgos Laborales tales como divulgar la política de prevención en la empresa, definir las funciones y responsabilidades de todos los trabajadores en esta materia, investigar los daños a la seguridad y salud que se produzcan, llevar a cabo la consulta y la participación de los trabajadores, crear vías de comunicación de riesgos entre los trabajadores y la empresa, informar y formar a los trabajadores, elaborar instrucciones de trabajo, etc.
- Cumplir con la señalización de seguridad y salud en los lugares de trabajo (vías de evacuación, medios de protección contra incendios, advertencia del riesgo de caída de cargas, socorro y salvamento de personas, vías de circulación, áreas de trabajo, etc.), en los equipos de trabajo o proximidad del puesto (riesgos generados por el uso del equipo tales como el riesgo eléctrico, riesgo de proyección de fragmentos o partículas, riesgo de atrapamiento,…), cuando exista obligatoriedad de utilizar equipos de protección individual (guantes de protección, gafas de seguridad, protectores auditivos, pantalla facial, mascarillas, equipos de protección contra caídas), etc.
- Realizar las revisiones reglamentarias y/o de mantenimiento de los lugares de trabajo (señalización de seguridad y salud, pasillos y vías de paso,…), de los elementos estructurales o de servicio, de las instalaciones (instalación eléctrica, instalaciones de aire comprimido,…), de los equipos de trabajo (escaleras manuales, máquinas, herramientas,…), del contenido del material de primeros auxilios, de los equipos de protección individual, etc.
- Registrar documentalmente todas las actividades de prevención que se realicen en la empresa (certificados de entrega de los equipos de protección individual a los trabajadores, aptos médicos, fichas de seguridad de los productos químicos, instrucciones de las máquinas y herramientas utilizadas, autorizaciones del uso de maquinaria, revisiones e inspecciones de las instalaciones y equipos, etc.).
Por último, recordar que el incumplimiento en materia de prevención de riesgos laborales no tiene sólo un coste económico para la empresa sino también un coste administrativo, legal y penal derivado de las sanciones que podrían darse.