Todos los veranos aumenta con el calor el uso de aparatos de aire acondicionado en oficinas, domicilios, vehículos.
El principio de funcionamiento de estos equipos es aparentemente muy sencillo, ya que se trata de captar el aire de una estancia, hacerlo circular a través de una batería de refrigeración en cuyo interior hay un gas que enfría este aire y después impulsarlo a la estancia nuevamente.
En este proceso, se produce un primer filtrado en la entrada del aire al equipo mediante una serie de filtros que retienen impurezas. Pero, salvo que sean filtros de elevada eficacia y que el sistema sea perfectamente estanco, siempre habrá una entrada de aire con partículas al interior del equipo, partículas que se irán depositando en el interior.
La batería de refrigeración sufre condensación de la humedad ambiental al enfriarse, por lo que esa condensación debe ser eliminada a través de un canalón y una tubería al exterior.
En ocasiones se produce una mala evacuación de la humedad y ésta se acumula, permitiendo así la proliferación de microorganismos como bacterias, hongos, moho, etc. En ocasiones, estos microorganismos crecen en suficiente cantidad como para provocar malos olores y, en casos extremos, problemas de salud como alergias, infecciones, asma, etc.
Hay que tener en cuenta que, cuando se utiliza un aparato para climatizar el aire, normalmente se mantienen cerradas las puertas y ventanas, por lo que ese aire que aspira el equipo para enfriarlo vuelve de nuevo a recircular. Y así constantemente. Piense lo que sería ducharse recogiendo ese agua y volviéndola a reciclar sucesivas veces. Por ello, aparte de la limpieza de los equipos, es necesario también la renovación del aire interior con aire limpio exterior.
En el caso de sistemas de acondicionamiento fijos en un edificio la cosa es compleja ya que, aparte de limpiar filtros y baterías refrigerantes, hay que limpiar los conductos por los que circula el aire, tarea que recomendamos realicen recurriendo a alguna empresa especializada.
Para la limpieza de aparatos tipo split domésticos, es posible hacerlo con nuestros propios medios de una manera segura, sencilla y económica.
Necesitaremos una escalera de mano con longitud suficiente para acceder con seguridad y estabilidad al split.
1- Abrir el equipo levantando la tapa del split.
2- Retirar los filtros y lavarlos con agua y jabón, poniéndolos a secar.
3- Pulverizar la batería de enfriamiento con algún producto que resulte desinfectante, por ejemplo: KH7 con alcohol de 96º, agua con unas gotas de lejía, líquido limpiador específico para aires acondicionados, eetc. Dejar actuar unos minutos los productos y que escurran hacia la bandeja de recogida de agua.
Al pulverizar, debe hacerse exclusivamente en la batería enfriadora, evitando mojar circuitos eléctricos. Normalmente vienen perfectamente separados, pero recomendamos que proteja la placa de operación mediante la colocación de una bolsa o lámina de plástico.
4- Una vez escurrido el líquido de la batería, colocar los filtros cuando estén secos.
5- Encender el equipo y ponerlo en modo «deshumidificación», dejándolo en funcionamiento unos 10 minutos. De esta forma, eliminaremos toda la humedad que se haya podido acumular.
6- Utilizar el equipo con normalidad.
En caso de duda, consultar a un profesional.
Aparte de la limpieza del equipo, recomendamos siempre adaptar la temperatura a unos niveles adecuados, evitando los cambios bruscos y dando tiempo al organismo a adaptarse a la nueva temperatura. La graduación recomendada para lograr un confort es de 24ºC – 25ºC , contando con la variabilidad de cada uno a la hora de sentir confort.
Esperamos esta entrada les haya resultado de interés y les agradecemos los comentarios y difusión de la misma.
Saludos
Clínica Virgen de las Nieves.